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rastrojo

Abraham Cruzvillegas presenta en Siembra tres esculturas colgantes construidas con materiales que retomó de obras realizadas a lo largo de su carrera en museos y galerías del mundo. Para componerlas, Cruzvillegas utiliza objetos cotidianos descartados y materiales encontrados in situ, como esponjas marinas, piedras de molino, piel de cordero o un molde para piloncillo, para componer sus esculturas. Estos objetos que tienen su propia biografía y que han sido testigos de acontecimientos, experiencias y procesos del artista, se presentan ahora en Siembra reunidos bajo una nueva configuración. En ella se entremezclan las múltiples presencias materiales, memorias, testimonios  y trayectorias de algunos de los objetos con los que ha trabajado, y estos a su vez están entrelazados con el recorrido e historia del propio artista. La lógica de construcción de la escultura atiende a las propiedades físicas del objeto, como su peso, textura y volumen, así como a las relaciones de tensión y equilibrio que se forman entre ellas. Al recuperar estos objetos e insertarlos en un nuevo ensamblaje en el espacio de exposición, Cruzvillegas los vuelve mediadores de nuevas relaciones, detona procesos de resignificación y posibilita otros encuentros.

Cruzvillegas concibe la vida de los objetos como algo rotativo que, al igual que la siembra, se regenera de manera cíclica, se nutre y fortalece con el entorno. La posibilidad de que algo crezca sugerida por el concepto de siembra es algo que también le interesa al artista a nivel poético. Siguiendo esta idea, Cruzvillegas lanzó granos de maíz en el suelo de la galería como un gesto que refiere a las posibilidades latentes y a la idea de esperanza.

La naturaleza colaborativa y la identidad mutable de las obras de Cruzvillegas lo han llevado a trabajar continuamente con músicos, poetas, bailarines y otros agentes de manera cercana y personal. Durante la exposición, habrá una serie de activaciones con músicos y bailarines invitados por el artista; algunos de ellos interpretarán canciones escritas por Cruzvillegas basadas en música tradicional huasteca. Se invitará además a los músicos callejeros que transitan por los alrededores de la galería a activar la pieza de manera improvisada y espontánea. La obra desde un principio está pensada por el artista como una escultura en devenir, susceptible a sufrir modificaciones y transformaciones con la inercia del proceso de construcción y a medida que ocurran las activaciones.

Los artistas que activarán las piezas a lo largo de la exposición son:
Viridiana Toledo Rivera

Andrés García Nestitla 

La Bruja de Texcoco 

Diego Espinoza

Nadia Lartigue 

Diana Flores 

Quique Rangel 

Trío Huasteco Los descarados: Nabani Aguilar, Ricardo Bassilio, Obed Calixto

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