Oscar Murillo presenta A Song to a Tearful Garden en la 36ª Bienal de São Paulo Not All Travellers Walk Roads – Of Humanity as Practice, una pintura colectiva específica para el lugar en el Parque Ibirapuera.
Los visitantes de la Bienal se encontrarán con estructuras curvas de andamios situadas a ambos lados del Pabellón Ciccillo Matarazzo, cada una con una pared de lienzos y materiales artísticos, lo que permitirá al público crear una serie de pinturas a gran escala. Cada semana, las marcas del público crearán un índice de capas pintadas que proporcionarán un lugar de reflexión con el telón de fondo de la energía cosmopolita de la ciudad circundante. Situados en esta dualidad de naturaleza y modernidad urbana, los lienzos son testigos de la idea de la oscuridad que acecha una superficie armoniosa. Esta es una preocupación frecuente en la obra de Murillo, que a menudo alude a la biografía de Claude Monet y su famosa obra Los nenúfares (1920-1926).
Antes de la instalación, Murillo invitó a amigos, familiares y miembros del público a formar la capa base de la pintura en una serie de sesiones de dibujo celebradas en todo el mundo. El lienzo viajará a São Paulo desde el otro lado del Atlántico, pasando por África, América Latina y el Caribe, en una celebración del espíritu colectivo anclado en el ejercicio de la creación de marcas, un proceso que Murillo denomina "mapeo social". Los lienzos resultantes, con sus marcas acumuladas, se convierten en una encarnación del paso del tiempo, el flujo de personas y los marcadores geográficos que nos conectan. Las propias estructuras se nutren del poder de lo colectivo en los espacios comunitarios, utilizando gestos, repeticiones y una avalancha de marcas para activar tanto a los espectadores como a los participantes.