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damián ortega participa en garage museum of contemporary art - moscow con the modern garden

A partir de septiembre de 2018, Garage Square estará ocupado por una nueva instalación a gran escala hecha por Damián Ortega, esta es su primera presentación individual en Rusia. The Modern Garden será un lugar para conocer e interpretar las diversas implicaciones asociadas con el legado del modernismo, las esculturas de parques y la naturaleza reciclable de los materiales.

Al acercarse al Museo desde Garage Square, los visitantes verán una treintena de esculturas minimalistas y modernistas. Ortega ha tomado diversos logotipos comerciales y los ha transformado en objetos tridimensionales hechos de contrachapado, hormigón y metal. El diseño gráfico de inspiración modernista es el medio perfecto para transmitir ideas de progreso y nuevas tecnologías al servicio de grandes empresas y corporaciones. Ortega está interesado en la transformación de la estética modernista -y del imperativo moral modernista- como un instrumento.


La traducción de Ortega del diseño gráfico al lenguaje escultórico implica más que simplemente una transformación utilitaria. El artista juega con la idea de que, si bien un logotipo es un pictograma que representa a una empresa en particular, una escultura es un cuerpo abstracto con superficies arquitectónicas y superficies específicas. Operando entre estas dos definiciones, la escultura de Ortega se convierte en algo mucho más que un logo en papel. Por otro lado, el edificio Garage después de su transformación por Rem Koolhaas y OMA comenzó una nueva existencia basada en la ética de la ecología y el tratamiento cuidadoso. Cuando se instala frente al Museo, el trabajo establece un diálogo en el espacio público, que ha sido poblado por Ortega con esculturas modernistas de símbolos y signos abstractos basados ​​en logotipos corporativos.

Las esculturas están ubicadas en la plaza en un orden fragmentado que caracteriza el trabajo de Ortega. Las esculturas se expanden más allá de sus propios límites individuales y se expanden en la diversidad que ocupa el espacio. Se pueden leer desde arriba como un mensaje arquitectónico, una aglomeración de elementos que se combinan para parecerse a una ciudad, o al menos un prototipo de la misma. La vista a nivel del suelo equipa al visitante moderno que se pasea entre los objetos con la óptica de un piloto que pasea por un parque de esculturas europeo tradicional. La única diferencia es que los objetos de Ortega, en lugar de crear un marco decorativo para caminar (como en el Jardín de Verano en San Petersburgo o el Jardín de las Tullerías en París), fomentan la meditación activa, el reconocimiento y la interacción con los significados y contextos que quedan aquí por el artista. the modern garden reflexiona sobre la escultura en sí misma y cuestiona su carácter monumental en el espacio público.

Este proyecto está organizado en colaboración con kurimanzutto, Ciudad de México.